¿Has oído hablar alguna vez del bruxismo? En este post queremos contarte qué es el bruxismo y cuáles son principales síntomas y consecuencias, además de abordarlo desde un punto de vista fisioterapéutico. ¡Empezamos!
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo se entiende y se define como una “actividad repetitiva de los músculos de la mandíbula caracterizada por apretar o rechinar los dientes y/o por apretar o empujar la mandíbula”, sin embargo, poco se habla sobra su diferenciación, pues existen dos manifestaciones circadianas distintas, una que ocurre durante el sueño (bruxismo del sueño) y otra que ocurre durante la vigilia (bruxismo diurno).
Existe una amplia variedad epidemiológica reportada para el bruxismo, pues se ha llegado a reportar en algunos estudios una prevalencia de hasta el 90% de la población general. Sin embargo, en términos prácticos y en estudios bien diseñados, se considera que la prevalencia real ronda entre el 8-13% de la población general.
El bruxismo nocturno o de sueño es más común en niños (14-18%) y menor en la población adulto mayor (alrededor del 3%), mientras que el bruxismo despierto es más común en todas las edades.
¿Cómo se clasifica el bruxismo?
El bruxismo puede clasificarse como primario cuando no existe una condición médica causal que lo explique, y se clasifica como secundario cuando ocurre como resultado de una condición médica o psiquiátrica.
¿Y cuáles son los síntomas?
El bruxismo puede implicar apretar estáticamente los dientes, rechinar o una combinación de ambos, y aunque suele asociarse con un ruido, esta actividad va acompañada de ruido en tan solo un tercio de los bruxistas.
De hecho, el bruxismo diurno suele ser un apretón estático sin sonidos, y en estos casos, rechinar los dientes mientras se está despierto generalmente se asocia sólo de forma secundaria con medicamentos o trastornos neurológicos, por ejemplo, discinesias.
¿Cuáles son las causas del bruxismo?
Se reconoce clásicamente como un problema idiopático, sin embargo, está aceptado por la comunidad científica que la fisiopatología se relaciona con la activación del sistema nervioso central, existiendo varios factores de riesgo que pueden contribuir a manifestarlo:
- Factores de riesgo exógenos: Tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, cafeína, medicamentos o drogas.
- Factores psicosociales: El estrés y la ansiedad exacerban el bruxismo, aunque los resultados de los estudios son variables.
- Trastornos del sueño que implican el despertar del sueño
- Comorbilidades: Otros trastornos como la apnea obstructiva del sueño o el trastorno por reflujo gastroesofágico.
¿El bruxismo se considera una enfermedad?
El bruxismo a menudo se considera un trastorno o una parafunción. Un trastorno se caracteriza por la falta de funcionamiento normal de los procesos físicos o mentales, y una parafunción es una función desordenada, es decir, una función normal realizada en exceso; por ello, más que una disfunción o una enfermedad, el bruxismo se considera una parafunción.
Sin embargo, existen algunos autores que postulan que al menos el bruxismo nocturno puede llegar a tener un papel protector durante el sueño, que puede estar relacionado con el mantenimiento de las vías respiratorias o con la estimulación del flujo de saliva para la lubricación orofaringea.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Un diagnóstico de bruxismo se puede realizar mediante los siguientes métodos:
- Informe del paciente y entrevista clínica.
- Exámen clinico
- Aparatos intraorales
- Registro de la actividad muscular.
- Electromiografía (EMG)
- Polisomnografía (PSG).
¿Cuál es el tratamiento?
El bruxismo no requiere por sí mismo tratamiento; la fisioterapia y otras estrategias de abordaje sólo se indican cuando surgen problemas como resultado del bruxismo, es decir, cuando por la conducta bruxista se genera una disfunción temporomandibular.
¿Qué es una disfunción temporomandibular?
Las disfunciones temporomandibulares (DTM) son un conjunto de alteraciones neuromusculoesqueléticas que envuelven a diversas presentaciones clínicas. Estos problemas se encuentran asociados con una morbilidad sustancial que afecta la calidad de vida y la productividad laboral.
En estudios observacionales la prevalencia de las DTM son de aproximadamente 1,5 veces mayor en mujeres que en hombres, de hecho, tanto la prevalencia como la cronificación del dolor orofacial va en aumento, especialmente en el sexo femenino. Los hallazgos sugieren que existe una diferencia de género cada vez más marcada para esta condición, sin una causalidad establecida.
¿Cómo saber si tengo una disfunción temporomandibular?
La manifestación más característica de la DTM es la aparición de ruido intraarticular al inicio, durante o al final del movimiento; este chasquido suele estar acompañado de dolor y alteración mandibular. Sin embargo, vale la pena mencionar que la ausencia de ruido, así como la ausencia de dolor, no es suficiente para excluir afectación temporomandibular.
A su vez, se pueden presentar con distintos grados de severidad. El tratamiento para las afecciones temporomandibulares puede postularse a partir del frente psicológico, odontológico y fisioterapéutico, en función a la historia clínica, la exploración física y el perfil psicológico del usuario; siendo siempre, la mejor opción, el abordaje transdisciplinar y el tratamiento activo guiado por una buena educación terapéutica y una correcta adherencia al tratamiento.
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Referencias bibliográficas
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