la risa en fisioterapia

La risa en fisioterapia: En busca de la felicidad

La risa en fisioterapia.

Aunque este título nos reenvíe a los más cinéfilos al año 2006, ni yo soy Will Smith ni debemos reflejar a nuestros pacientes en algo tan superficial como una película, por muy buena que esta sea. 

Estamos aquí para hablar de ciencia, de fisioterapia y del poder que tienen ciertas herramientas que además de gratis, son extremadamente poco utilizadas. Hoy vamos a hablar de la risa. Si, en el día más triste del año, quiero hablar de la risa.

Risa, que no risoterapia, estoy cansado de poner nombres comerciales a algo que es más natural que la polinización o el paso del tiempo. Nadie debería de tener el control sobre las cosas naturales, nadie debería ser poseedor de una de las cosas más bonitas que nos ofrece nuestro cuerpo.

Y es que la risa en fisioterapia y, en general, genera muchos más beneficios que los que la gente cree. Podríamos hablar de neurociencia, de psicología y de fisioterapia, pero sobre todo podremos hablar de prevención y de alianza.

No todo el mundo vale, para contar chistes, pero todos los profesionales tenemos la capacidad de sacar una sonrisa a nuestros pacientes.

Empecemos con la parte mecánica: Quedaros con este dato, … Para sonreír se necesita un músculo más que para fruncir el ceño. Quizá por esto a la gente le cuesta tanto hacerlo o mantenerlo. Se necesitan un total de 12 músculos, 6 pares de manera bilateral. 

En ellos nos encontramos al Risorio, uno de mis músculos favoritos, además de otros como el Cigomático mayor y el menor, el Elevador del ángulo de la boca, el Elevador del labio Superior y el Orbicular de los ojos. 

Son músculos como cualquier otro. Músculos esqueléticos que requieren de activación voluntaria y que un defecto de activación puede generar problemas varios. Por lo tanto, hemos de entrenarlos para obtener esos beneficios fisiológicos que tanto nos gusta hablar en RRSS.

Continuemos con la parte química: Un ataque de risa genera cambios a nivel cortical que producen sustancias que a todo el mundo nos encanta sentir, como son la dopamina o la serotonina, siendo la primera de la que más evidencia hay. 

Sea como fuere ambas sustancias son neurotransmisores que participan en procesos tan importantes como la memoria, el aprendizaje, el deseo sexual, el comportamiento, o la vigilia. 

Sin embargo, una de las funciones que realiza la dopamina y que más nos puede interesar a los Fisioterapeutas es que regula el comportamiento del sujeto ante diferentes estímulos cómo puede ser el dolor, facilitando la activación de las vías inhibitorias descendentes del dolor y participando activamente en la modulación de este. Además de reducir los niveles de cortisol en sangre, que en la sociedad en la que vivimos no es poco.

Vayamos a la parte comportamental: Y es que la sonrisa, tanto darla como recibirla, implica un vínculo de confianza en la persona que tienes delante. Un aspecto básico en la alianza terapéutica y que debemos de potenciar. No es necesario contar chistes a tus pacientes si no eres bueno haciéndolo, ya que no es difícil sacar una sonrisa a la persona que tienes delante, basta con una escucha activa, con motivarle, con acercarle a sus objetivos o con quitarle esa ansiedad frente a su patología o su kinesiofobia con la educación en neurociencia.

La risa no es un tratamiento, pero es una grandísima herramienta para nuestros pacientes con dolor y desaprovechar las herramientas que tenemos a nuestro alcance no sólo es de gente inconsciente, sino de gente… Triste.

Si te ha gustado «la risa en fisioterapia: en busca de la felicidad» de David Merino en colaboración con Qeres Formación, no dudes en dejar tu comentario… ¡Estaremos encantados de leerte! Además, si te gustaría enterarte de todas las novedades que tenemos para ti, síguenos en Instagram y estarás al día de todo.

 

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