¿Has experimentado en alguna ocasión dolor en el tendón de Aquiles? El tendón de Aquiles es una banda de tejido fibroso que conecta los músculos gastrocnemios y sóleo con el calcáneo, el hueso del talón. Los tendones son estructuras cuya función es transmitir las fuerzas producidas por los músculos hasta los huesos, permitiendo el movimiento. Este tendón de Aquiles nos permite mover el pie y es esencial para acciones tales como caminar, correr o saltar.
El tendón de Aquiles es el tendón más fuerte y más grande del cuerpo, lo que le permite soportar la tensión causada por el movimiento y soportar el peso del resto del cuerpo. Llega a soportar hasta 12 veces tu peso corporal en cada zancada al correr, funcionando como un muelle, almacenando y liberando energía elástica para que el músculo no tenga que utilizar demasiada energía. Las altas tensiones mecánicas a las que se ve sometido, su metabolismo lento y su limitado suministro de sangre y oxígeno lo hacen propenso a sufrir varias lesiones y afecciones.
¿Qué es la tendinopatía aquílea?
¿Has experimentado alguna vez dolor en el talón de Aquiles? La tendinopatía del tendón de Aquiles (conocida por algunos como tendinitis del Aquiles, quizá de forma no del todo correcta si tenemos en cuenta la evidencia científica actual, deberíamos entender las tendinopatías como procesos degenerativos y no como procesos inflamatorios convencionales) es un problema por sobreuso que sucede con mayor frecuencia en corredores que aumentan la intensidad o duración de su carrera de forma repentina, o entre personas de mediana edad que practican deportes con una mala gestión de la carga.
La tendinopatía aquílea se manifiesta con dolor en el tendón de Aquiles y/o rigidez en la parte posterior del talón, cerca del punto en que el tendón se une al pie. Usualmente comienza con un dolor leve en la parte posterior de la pierna o sobre el tobillo después de correr o practicar deporte, que de no atender correctamente puede evolucionar hacia dolor antes de la actividad, pudiendo incluso tener dolor en el tendón de Aquiles en reposo cuando se ha irritado suficiente. En ocasiones podemos observar un tendón engrosado con respecto al contralateral, pudiendo existir cambios degenerativos en el tendón (tendinosis).
Además, dentro de la famosa tendinopatía aquílea podemos diferenciar una teninopatía de Aquiles de la porción media, una paratendinopatía de Aquiles o una tendinopatía insercional de Aquiles, dependiendo de la localización anatómica.
Abordaje terapéutico del dolor en el tendón de Aquiles
Aunque lo más extendido es que a estos pacientes con cierto dolor en el tendón del pie se les recomiende reposo, esta no es la solución a largo plazo. En el corto plazo eliminar la carga mecánica puede conducir a una reducción de los síntomas, pero en el largo plazo esto va a perjudicar al paciente reduciendo sus capacidades y disminuyendo su tolerancia a la carga.
Desde la fisioterapia podemos hacer mucho más de lo que se cree por estos pacientes. Por lo que sabemos a día de hoy, el tendón parece responder casi exclusivamente a los estímulos mecánicos a los que se ve sometido. Siendo así, un fisioterapeuta cualificado puede ayudar a estos pacientes estableciendo de forma conjunta un abordaje activo del problema, mediante un programa de ejercicio terapéutico adaptado a la situación sintomática y funcional del paciente, monitorizando sus síntomas y haciendo aquellas adaptaciones que sean necesarias.
El tratamiento de este tipo de tendinopatías suele ser largo y puede incluir ejercicio isométrico, ejercicio excéntrico y otros tipos de ejercicio como por ejemplo el pliométrico. No existe consenso en cuanto a la dosificación más adecuada del ejercicios para estos pacientes, pero existen estrategias para adaptar el trabajo a la respuesta individual de nuestro paciente.
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